Situado en Pyongyang y las provincias circundantes, el complejo de tumbas de Koguryo, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en julio de 2004, es un testimonio excepcional del patrimonio coreano y de la cultura bien conservada de la dinastía Koguryo, un reino coreano que existió durante casi 7 siglos, del 37 a.C. al 668.
El yacimiento incluye varias tumbas utilizadas para enterrar a reyes, miembros de la familia real y la aristocracia.
El arte mural de vivos colores que se encuentra en algunas de las tumbas ilustra las costumbres funerarias, la vida cotidiana y las prácticas religiosas asociadas al budismo y el taoísmo.